Martes

Es martes

y al borde de la calle

no encuentro mi sonrisa,

antes del desayuno nadó en las sábanas.

El otro día,

no un martes,

tenía canela y jengibre

entre el cabello.

Es martes

se me deshoja el día

bordando un revés,

y no encuentro mi sonrisa.

Poema sin nombre apropiado

El viernes amaneció tibio

el amor

por primera vez

del mosquitero cayó al suelo.

El amor

apoyó contra su brazo

su oreja

con suavidad.

Soltó una risa

hasta el otro extremo de la habitación,

dio un salto

de pronto.

La puerta estaba de par en par.

Memoria de un día muerto

Nada cabe en las horas de un día muerto,

se describe el llanto sin pensamiento fino,

deshilado

roto

desmembrado

cadáver putrefacto que besa los labios.

Todo carece de nombre,

los brazos, el torso, el sexo,

polvo

en la punta de los dedos…

[un avión hace eco en el silencio]

Son las permanencias

que rasgan la memoria,

el mañana que es otro mañana

que una mañana olvidaremos al amanecer.

Cautivos los pensamientos

muertos el adiós y el fin,

la historia se baña

en el perdón de la desmemoriada palabra.

Amor

es una grieta en los ojos

alfiler en el hipotálamo

una plegaria a la muerte

con los labios sellados.

Recibir el mundo

                                                          a Roberto (enero 2016)

Guardo la lluvia de tus labios

                                              en el bolsillo del día,

y los picoteos de una mañana sin prisas,

aguanieve que me escarcha el mundo

cuando a la vida le da por ser la vida.

Tu mano a ciegas llama la mía,

como mis cabellos invocan tu sonrisa

y las hojas 

a coro suspiran al tiempo

                                    que juega a las escondidas.

Estoy ahí 

contigo,

recostada al sol de tus sueños inquietos.

Estoy aquí 

contigo,

escribiendo sobre el universo en blanco que me obsequiaste

desde hace un año. 

De temporada

Hay temporadas que el corazón se congela,

la nada se repite, repite, repite

como un mausoleo

suspendido…

Encender un cigarro

[a la luz de los conjuntos de letras apiladas en los estantes del librero]

así sin prisa

con luz de miel,

observar los títulos

[recordar las historias detrás de las historias]

y pensar que, la poesía siempre será poca.

Tarde

Se apartan los segundos del día

en la desnudez del ocaso

sólo abren los silencios

deshojados

otoñales

cansados de la plenitud de las horas.

Las nubes se abrazan

en compás suspendido

amorosas

con aroma a mandarina

comsumidas

en un fuego infinito.

De-canto

Un día

que pudo ser domingo

o cualquiera otro sin nombre,

con las buenas noches en los labios

el pecho revienta

no de pena

no de ausencia.

Lleno de hojas secas

y abrazos de agua,

hoy

los silencios se coordinan,

el cuerpo está en canto.

 

Las piedras

Hay junto al fogón un candor ausente,

la sombra que se deja ir

en un viaje sin rumbo.

Los ojos 

se llenan de amaneceres diminutos,

sin auroras en los labios.

El jardín de tus manos y mis manos

duerme 

un invierno prematuro.

Las espinas 

hieren la gentileza de las tardes

que se desmoronan en el sofá.

                  Y con todo…

Nos arrebata el abrazo

en la lluvia de los días 

y el mutis de las noches.

A la orilla de un mar universal

un beso tuyo y mío

-desnudo de palabra-

arde y reinventa el mundo.